Compensar errores con alta tecnología
Muchos expertos defienden el uso y el desarrollo de sistemas de asistencia para mejorar la seguridad vial de las personas mayores. Sumados a muchas otras características de equipamiento o configuraciones del vehículo, estos sistemas pueden compensar los déficits debidos a la edad y contribuir a que los conductores sénior no se vean implicados en accidentes de coche o incluso se reduzca la frecuencia de que sean los causantes principales. Además, la asistencia tecnológica también protege a los peatones y ciclistas de edad avanzada.
Ver menos, oír peor, reaccionar más despacio y, además, sufrir posibles limitaciones de la movilidad: los requisitos físicos para participar con seguridad en el tráfico rodado no suelen mejorar con la edad. La disminución del rendimiento como consecuencia de los procesos de envejecimiento biológicos y de las enfermedades también se refleja, entre otras cosas, en las cifras de accidentes. Tomemos Alemania como ejemplo: según los datos del Instituto Nacional de Estadística alemán, en 2019 «solamente» alrededor del 14 % de los conductores implicados en accidentes de coche con lesiones personales superaban los 65 años. Sin embargo, cuando este colectivo se vio implicado en un accidente, en el 68 % de los casos resultó ser el principal causante. Entre los mayores de 75 años, incluso tres de cada cuatro conductores de turismos implicados en accidentes fueron los principales causantes. Como se explicó en el capítulo «Factor humano», los errores de conducción más comunes entre la población sénior fueron: no respetar la preferencia de paso o las distancias, así como cometer errores al girar, cambiar de sentido, dar marcha atrás, introducirse en la circulación y arrancar.
La seguridad vial de los conductores mayores en particular no solo se puede mejorar cambiando el comportamiento de conducción (por ejemplo, evitando carreteras o momentos de alta densidad de tráfico, condiciones meteorológicas desfavorables y las horas de crepúsculo u oscuridad o conduciendo de forma más precavida y lenta) o con medidas estructurales, sino también con un equipamiento del vehículo que sea adecuado para una edad avanzada e incluya sistemas de asistencia, información y confort. Los enfoques con los que se tratan los cambios de rendimiento relevantes para los conductores se pueden clasificar a grandes rasgos en las áreas de la seguridad activa y pasiva, manejo, confort y conducción. Sin embargo, la intersección entre ellas es muy amplia y solo en contadas ocasiones es posible determinar con precisión las características o los medios de ayuda individuales.
BUENA VISIBILIDAD Y SALPICADEROS ORDENADOS
En principio, el aumento constante del número de personas de edad avanzada que conducen sus propios coches, así como su disposición a comprar vehículos «aptos para mayores» con el fin de preservar su propia movilidad, hacen que este colectivo, económicamente fuerte en muchos países, sea muy interesante para la industria del automóvil. Sin embargo, ninguno de los grandes fabricantes ofrece modelos designados explícitamente como «coches para mayores», aunque en el mercado existen diseños apropiados que combinan sistemas de confort y seguridad seleccionados. La ventaja de esto es que no se produce una estigmatización de los modelos de vehículos ni de los usuarios y, al mismo tiempo, todos los grupos de edad disfrutan de las ventajas.
En términos de seguridad, la visión directa e indirecta, los sistemas de asistencia a la conducción y los elementos de seguridad pasiva desempeñan un papel fundamental. Cuanto menos se restrinja la visión directa desde el asiento del conductor debido a la presencia de montantes anchos o ventanillas muy pequeñas, menor importancia tendrán las limitaciones físicas de la zona superior del cuerpo y la columna cervical o un campo visual reducido. En concreto, el parabrisas debe cumplir numerosos criterios. Los reflejos del salpicadero o de otros componentes del vehículo deben minimizarse en todo tipo de condiciones de luz mediante la disposición relativa entre ellos y la selección de los materiales. El área de barrido cubierta por los limpiaparabrisas debe estar diseñada de tal forma que no se produzca ningún «ensanchamiento» significativo de los montantes A si llueve o, especialmente, si nieva. Mediante la disposición del asiento con respecto al parabrisas y, sobre todo, mediante el posicionamiento del retrovisor interior y de los sistemas de sensores/ cámaras que suelen estar instalados en esta zona, se deben poder ver los semáforos correctamente y sin grandes contorsiones, sea cual sea el ajuste del asiento. Los retrovisores grandes y con poca distorsión permiten reconocer con mayor rapidez el tráfico posterior y contribuyen a compensar las insuficiencias al mirar hacia atrás, a pesar de que no pueden sustituir esta acción. El diseño del habitáculo debe ayudar a que la visión mediante el retrovisor interior a través de la luneta trasera se vea afectada lo menos posible.
Un salpicadero ordenado, unos instrumentos prácticos y fáciles de leer y una interfaz de usuario clara y con una estructura sencilla contribuyen notablemente a reducir el esfuerzo del conductor y favorecen así su seguridad y bienestar. Las pantallas y los elementos indicadores deben tener un diseño de alto contraste en cualquier condición de iluminación. Los números y otros signos o símbolos deben ser suficientemente grandes y fáciles de reconocer, incluso si solo se miran brevemente. Las funciones esenciales utilizadas durante la conducción, como la activación de las luces y los limpiaparabrisas, el ajuste de la calefacción y la ventilación o el control de la radio, deben poder manejarse fácilmente sin necesidad de mirar y con una respuesta táctil. Los menús que se manejan con un solo botón en una pantalla, así como las pantallas táctiles, pueden volverse rápidamente abrumadores o provocar distracciones peligrosas.
En este contexto, cabe recordar una sentencia dictada en última instancia por el Tribunal Regional Superior de Karlsruhe en la primavera de 2020 según la cual en Alemania las pantallas táctiles instaladas de forma fija en el vehículo por el fabricante se consideran, de manera similar a los smartphones, dispositivos electrónicos que al conducir solo se pueden manejar con la mano si para ello es suficiente «una breve mirada al dispositivo, adecuada a las condiciones de la carretera, el tráfico, la visibilidad y la meteorología». La sentencia hace referencia a un accidente causado cuando, durante un aguacero, el conductor de un vehículo intentó ajustar el intervalo de barrido del limpiaparabrisas mediante un submenú de la pantalla central instalada en el vehículo y, a causa de ello, se distrajo considerablemente. Esta sentencia es de gran actualidad, ya que los fabricantes de automóviles sustituyen cada vez más los botones y las palancas convencionales por campos de sensores, controles deslizantes o pantallas y, en ocasiones, incluso prescinden de la iluminación de algunos elementos de control. Así, su manejo no es precisamente práctico, en particular para las personas mayores. Si las funciones relevantes para la seguridad se trasladan de todas formas a pantallas táctiles, un control mediante comandos de voz o gestos sería, sin duda, la mejor opción para reducir al mínimo el tiempo de distracción.
Desafortunadamente, hay algo que los nuevos vehículos en venta dejan claro: cada fabricante instala sus propios conceptos de sistemas de manejo que, en principio, parecen coherentes, se diferencian de la competencia en algún que otro ingenio y también son fáciles de manejar después de cierta dedicación. No obstante, si los vehículos se usan con poca frecuencia o se conducen modelos de diferentes fabricantes, el uso intuitivo tan anunciado llega a sus límites, especialmente en situaciones que requieren una acción rápida. Los comandos de voz y los gestos también difieren entre los fabricantes, y en algunos casos incluso los mismos tipos de vehículos tienen diferentes sistemas de infoentretenimiento. Una cosa está clara: la seguridad debe tener siempre la mayor prioridad, sean cuales sean las ambiciones de diseño y las consideraciones ergonómicas y visuales.
NINGÚN FABRICANTE OFRECE EXPLÍCITAMENTE «COCHES PARA MAYORES»
¿HASTA QUÉ PUNTO ES SEGURO EL CAMBIO AUTOMÁTICO PARA LOS MAYORES?
A la hora de comprar un vehículo, es posible que muchas personas en algunos mercados se planteen cuál es el turismo más apropiado para ellas: ¿de propulsión eléctrica o de combustión? ¿Con cambio manual o automático? Por ejemplo, la cuota de mercado de los vehículos nuevos con transmisión automática se ha disparado en Alemania: según Deutsche Automobil Treuhand, en 2020 ya superaba el 55 %, mientras que en 2010 apenas llegaba al 28 % Sin embargo, esto no es comparable con Estados Unidos o Japón, donde la proporción de vehículos automáticos ronda el 90 %. De cara al futuro, se espera que el cambio manual siga perdiendo importancia con el paso de los años, en parte debido a que muchos sistemas modernos de asistencia solo funcionan en combinación con transmisiones automáticas y, además, la propulsión eléctrica ya no requiere un cambio de marchas.
Precisamente muchas personas mayores se deciden por las transmisiones automáticas, que les permiten conducir de forma más relajada sin procesos de cambio de marchas, además de compensar limitaciones por motivos de salud. Una pregunta clave es: ¿los vehículos con cambio automático son más inseguros porque se mueven constantemente con el motor en marcha siempre y cuando no se pise el pedal de freno, o el riesgo de una aceleración involuntaria es mayor? Al fin y al cabo, los informes policiales mencionan repetidamente a conductores de edad avanzada que pierden el control de su vehículo con cambio automático porque han confundido el pedal de freno y el acelerador o han dado marcha atrás accidentalmente. Para evitar este tipo de errores de manejo y las frecuentes reacciones de pánico resultantes, sería ideal que, antes de comprar un coche automático, las personas mayores descubriesen las características especiales de este tipo de transmisión de la mano de un instructor de autoescuela o que practicasen cómo dominar situaciones límite en clases de conducción. Además, los expertos recomiendan hacer el cambio al coche automático lo antes posible para adquirir así las rutinas necesarias en un momento en el que la capacidad cognitiva del conductor aún no haya sufrido grandes pérdidas relacionadas con la edad. Sin embargo, la transmisión automática presenta muchas ventajas, ya que el conductor puede concentrarse aún más en la situación del tráfico.
LOS SISTEMAS DE ASISTENCIA A LA CONDUCCIÓN PUEDEN OFRECER GRANDES VENTAJAS
En lo que respecta a los sistemas de asistencia a la conducción, aquellos que proporcionan ayuda en situaciones de tráfico complejas y exigentes muestran un potencial de aprovechamiento especialmente alto para las personas mayores. Entre ellos se encuentran los asistentes para cruces, los asistentes de aviso de ángulos muertos y detectores de cambio de carril, los sistemas de visión nocturna o los asistentes de frenado de emergencia, así como los sistemas de navegación con mapas actualizados e indicaciones claras, tanto acústicas como visuales. Los asistentes para señales de tráfico, que detectan la velocidad local máxima permitida mediante una cámara y la muestran en el tablero de instrumentos, también ayudan a compensar hasta cierto punto los déficits de atención y proporcionan una sensación adicional de seguridad. Por otra parte, las cámaras de visión trasera y los asistentes de aparcamiento pueden mitigar las situaciones de estrés y, de esta forma, contribuir a una mayor seguridad. Especialmente durante el crepúsculo y en la oscuridad, los sistemas inteligentes de luces o los asistentes de luz de carretera pueden ayudar a compensar de forma parcial el empeoramiento de la capacidad visual sin que el conductor deba desviar demasiado la atención hacia el interruptor de la luz de carretera. Los sistemas eCall, idealmente con la funcionalidad adicional de llamadas de servicio, pueden proporcionar una sensación general de seguridad y reducir el estrés en caso de accidente o avería.
Un estudio realizado por encargo del Instituto Federal de Carreteras alemán (BASt, por sus siglas en alemán) publicado en 2019 examinó en profundidad las opciones de apoyo que los sistemas de asistencia a la conducción ofrecen a los conductores de edad avanzada. En este contexto, también se resumieron las deficiencias de rendimiento más importantes relacionadas con la conducción y la edad, y se pusieron en relación con las funciones de asistencia a la conducción deseadas o los sistemas apropiados (gráfico 23). Al mismo tiempo, el estudio de BASt también trató los factores que conducen a una difusión más rápida de los sistemas de asistencia a la conducción entre las personas mayores. Para ello son esenciales el grado de familiarización con los diferentes sistemas y, especialmente, el conocimiento de sus funciones y sus límites. Otros factores identificados en una encuesta realizada al grupo objetivo fueron el temor a altos costes de reparación en caso de un defecto de los sistemas y la preocupación por la falta de transparencia en el tratamiento de datos por parte del fabricante del vehículo. Aclarar todos los aspectos es imprescindible.
MUCHAS PERSONAS MAYORES ESTÁN CONVENCIDAS DE LAS VENTAJAS DE LOS ASISTENTES ELECTRÓNICOS
Para ahondar en el tema de los sistemas de asistencia a la conducción, en otoño de 2020 la empresa de estudios de mercado y opinión forsa realizó una encuesta representativa por encargo de DEKRA entre unos 2.000 conductores alemanes seleccionados al azar de todos los grupos de edad. Entre los encuestados, un 81 % de los hombres mayores de 65 y un 70 % de las mujeres mayores de 65 consideran en general muy bueno o bueno que existan sistemas de asistencia para ayudar al conductor. Según sus propias declaraciones, en los dos grupos de edad mencionados alrededor del 80 % de los hombres y más del 60 % de las mujeres tienen un vehículo equipado con sistemas de asistencia.
En lo relativo al uso de los sistemas de asistencia a la conducción disponibles, existen diferencias claras en función de la edad y el sexo de los encuestados: las mujeres mayores de 65 años tienen menos conocimientos o experiencia con los sistemas que se podían seleccionar en la encuesta que la media de los conductores encuestados. El asistente de aparcamiento es, con diferencia, el sistema que más a menudo utilizan los hombres y las mujeres mayores de 65 años (73 % y 55 % respectivamente), seguido del asistente de luz (de carretera) (42 % y 29 %), el control de crucero adaptativo (37 % y 19 %) y el detector de cambio de carril (33 % y 17 %). Sin embargo, estas cifras son significativamente inferiores a las de los grupos de 18 a 44 años y de 45 a 64 años. Las diferencias más marcadas se observan en los asistentes de ángulo muerto y detectores de cambio de carril. Entre los hombres de 18 a 24 años, un 48 % declaró haber utilizado ya un sistema de este tipo, frente a solo un 22 % de las personas mayores. Entre las mujeres encuestadas, la diferencia no fue tan evidente, aunque solo el 22 % de las mujeres del grupo de edad más joven habían utilizado el sistema, frente al 14 % de las mujeres mayores.
También se les preguntó a los conductores qué sistema de asistencia a la conducción les gustaría tener al comprar un coche nuevo si el precio no fuese un problema. Entre los hombres y las mujeres mayores de 65 años, la lista vuelve a estar encabezada por el asistente de aparcamiento (87 % y 84 % respectivamente), seguido del control de crucero adaptativo (74 % y 59 %), el asistente de ángulo muerto o detector de cambio de carril (72 % y 75 %), el asistente de frenado de emergencia predictivo (71 % y 60 %) y el detector de cambio de carril (60 % y 46 %).
En función del modelo de vehículo, los sistemas de asistencia se manejan o se encienden y apagan de forma diferente. Un 83 % de los encuestados de todos los grupos de edad considera necesario y sensato que el manejo de los sistemas en todos los coches —como es el caso de los intermitentes— sea lo más uniforme y estandarizado posible. El 89 % de los encuestados mayores de 65 años opina así, un porcentaje que incluso alcanza el 95 % entre los mayores de 75.
El objetivo de la encuesta no era conocer el statu quo de los sistemas de asistencia a la conducción en el mercado alemán. Se pretendía más bien ampliar la información sobre los conocimientos relativos al funcionamiento de los sistemas de asistencia, así como sobre los deseos y expectativas con respecto a la asistencia a la conducción. Los resultados de la encuesta dejan muy claro que muchas personas no están familiarizadas en absoluto con los sistemas de asistencia o no saben qué funciones corresponden a cada término o qué sistemas tienen realmente en sus vehículos. Alrededor del 30 % de los encuestados declaró que no tiene ningún sistema de asistencia en su vehículo. Este resultado es difícilmente compatible con los datos sobre la edad de los vehículos utilizados o sobre el parque automovilístico alemán. Por otra parte, alrededor del 10 % de los encuestados declaró tener experiencia con los asistentes de salida y los asistentes de visión nocturna; es decir, sistemas que actualmente no están disponibles en casi ningún vehículo. Sin embargo, en general todos los grupos de edad consideran que los sistemas de asistencia a la conducción tienen un alto potencial de aprovechamiento y los encuestados valoran positivamente estos sistemas de cara a la compra de su próximo vehículo.
Además de la encuesta de DEKRA realizada por forsa, los resultados de muchas otras encuestas y estudios sobre este tema también son reveladores. Por ejemplo, en su publicación de 2019 Experiences of Advanced Driver Assistance Systems amongst Older Drivers, el National Center for Social Research de Londres también llega a la conclusión de que las personas mayores están abiertas a los sistemas de asistencia a la conducción en un principio, si bien quieren que sean muy fáciles de usar y que no distraigan demasiado. Entre ellas, las personas mayores con varias limitaciones de salud muestran una mayor aceptación que las completamente sanas. Además, los conductores sénior prefieren los sistemas que transmiten la información de forma acústica en lugar de visual. Al mismo tiempo, también expresan un temor a volverse «dependientes» de un sistema de asistencia.
Los resultados de una encuesta en línea realizada a 1.328 personas de entre 65 y 95 años, presentados en la 11.ª International Conference on Automotive User Interfaces and Interactive Vehicular Applications en septiembre de 2019 en Utrecht, también constatan que los sistemas de asistencia a la conducción tienen una buena aceptación general. No obstante, la aceptación de los sistemas que intervienen en la conducción es menor que la de los asistentes meramente informativos. En este contexto, cabe destacar que las personas con un bajo locus de control en materia de tecnología — en la psicología, el locus de control hace referencia a la idea subjetiva de hasta qué punto una persona puede controlar por sí misma su comportamiento en ciertas situaciones o si este está determinado por influencias externas— prefieren más bien los sistemas de intervención automática para no agobiarse o distraerse con otra información.
LA UTILIDAD PRÁCTICA ES UN ASPECTO CLAVE EN LA ELECCIÓN DEL VEHÍCULO
Además del propio manejo del vehículo, el confort al entrar y salir, cargar y descargar, así como durante la conducción, también desempeña un papel importante. Unas puertas de apertura amplia, grandes huecos de las puertas y una posición elevada de los asientos —adaptada a la altura de cada usuario— facilitan la entrada y la salida. En el espacio interior, los asideros en el tercio superior del montante A o en el techo proporcionan una importante ayuda adicional. Además, la posición elevada del asiento favorece la visibilidad panorámica mencionada en el apartado de seguridad. Un diseño ergonómico del asiento y la posibilidad de ajustarlo fácilmente, combinados con una suspensión y una amortiguación adecuadas del chasis, contribuyen considerablemente al confort de conducción y, de esta forma, ayudan al conductor a mantenerse atento y concentrado durante más tiempo.
Los resultados de una encuesta en línea realizada a 1.328 personas de entre 65 y 95 años, presentados en la 11.ª International Conference on Automotive User Interfaces and Interactive Vehicular Applications en septiembre de 2019 en Utrecht el apartado de seguridad. Un diseño ergonómico del asiento y la posibilidad de ajustarlo fácilmente, combinados con una suspensión y una amortiguación adecuadas del chasis, contribuyen considerablemente al confort de conducción y, de esta forma, ayudan al conductor a mantenerse atento y concentrado durante más tiempo.
Para facilitar la carga y la descarga, resulta útil un cierre del maletero hacia atrás sin una pared trasera. En cambio, la altura óptima depende de la altura del usuario. Aunque una distancia corta entre el respaldo del asiento trasero y el final del maletero reduce el volumen de carga, también permite que las personas no muy fuertes o con limitaciones de movilidad de la parte superior del cuerpo puedan empujar fácilmente los objetos de carga pesados contra el respaldo del asiento trasero. En el caso de maleteros más grandes, se recomienda usar organizadores o bolsas para maleteros, que hacen posible asegurar la carga de forma fácil y correcta. La longitud y la maniobrabilidad del vehículo desempeñan un papel especialmente relevante si la mayoría de los desplazamientos tienen lugar en zonas urbanas con calles estrellas y escasez de aparcamientos.
LOS VEHÍCULOS DISEÑADOS PENSANDO EN LOS MAYORES GANAN IMPORTANCIA
Antes de comprar un coche, es importante informarse sobre los aspectos mencionados y realizar recorridos de prueba con diferentes vehículos de distintos fabricantes para «averiguar» las preferencias personales y clasificar las opciones. Para conocer criterios sensatos o incluso para elegir un vehículo, también son útiles, por ejemplo, las pruebas realizadas por aseguradoras, clubs automovilísticos o asociaciones de la tercera edad, que valoran la idoneidad de los vehículos actuales para su uso por parte de personas mayores. Aunque una persona haya conducido sin problemas durante toda la vida los vehículos de un fabricante concreto, es posible que sus coches no sean idóneos para una edad avanzada. En este contexto, y para preservar la movilidad propia con la máxima seguridad, puede ser necesario estar abiertos al cambio.
Los fabricantes de automóviles conceden una importancia desigual al diseño de vehículos aptos para personas mayores. Algunos usan los conocidos como «trajes de simulación de edad» durante el desarrollo. Estos trajes desarrollados en el campo de la gerontología ayudan a las personas jóvenes a experimentar las limitaciones de la edad en su propio cuerpo. Los trajes no solo contemplan limitaciones mecánicas y táctiles como la pérdida de fuerza y de movilidad o una capacidad de agarre limitada, sino también la pérdida de capacidad visual y la restricción de los campos visuales, las pérdidas auditivas o incluso las limitaciones de coordinación. De esta forma, situaciones habituales como accionar la manilla de una puerta, entrar y salir, agarrar el cinturón de seguridad e introducir la lengüeta en el cierre, girar la llave de contacto —o incluso el gesto aún más fácil de pulsar un botón de arranque—, así como la propia conducción, pueden optimizarse para las personas mayores.