Desactivación segura de los sistemas de alto voltaje en caso de accidente
Con motivo de un proyecto de investigación conjunto del departamento de Investigación en materia de accidentes de DEKRA y del área de investigación de accidentes de tráfico de la Clínica Universitaria de Göttingen, se pusieron a prueba un Renault Zoe y tres Nissan Leaf en el Crash Test Center que DEKRA tiene en la ciudad alemana de Neumünster. Se realizaron colisiones contra un poste simulando diferentes escenarios de choque contra un árbol, todas ellas a velocidades muy superiores a las habituales en las simulaciones de accidente estándar. La conclusión de los investigadores en materia de accidentes es que los vehículos eléctricos examinados no tienen nada que envidiar a otros vehículos de propulsión convencional equiparables en términos de seguridad. En tres de los cuatro escenarios de accidente, los expertos hicieron colisionar a los vehículos eléctricos lateralmente contra el poste: el Renault Zoe a 60 km/h, el Nissan Leaf (serie de producción 2010-2017) a 60 y a 75 km/h. A esto hay que añadir un choque frontal de un Nissan Leaf a 84 km/h en el cuarto escenario.
«Las imágenes de los daños tomadas tras las simulaciones de los accidentes son comparables con las obtenidas en el caso de vehículos de propulsión convencional», comenta Markus Egelhaaf, investigador en materia de accidentes de DEKRA. «El sistema de alto voltaje de los vehículos eléctricos se desactivó sin problemas en cada uno de los choques y, aunque la batería de propulsión sufrió una importante deformación, no llegó a incendiarse en ningún caso». Según los expertos, en un principio sería prácticamente imposible sobrevivir a una colisión lateral con un árbol a estas velocidades. «Esto es aplicable a cualquier tipo de turismo, independientemente del tipo de propulsión. Los grandes fabricantes de vehículos eléctricos de serie han captado el mensaje y saben que deben lograr al menos el mismo nivel de seguridad que nos ofrecen los vehículos de combustión interna». De ahí que los dos modelos examinados hayan alcanzado la máxima puntuación en las valoraciones Euro NCAP: 5 estrellas. «Nuestros ensayos confirman que no hay motivo alguno para sentirse menos seguro en un vehículo eléctrico que en un turismo de propulsión convencional».
El objetivo de este proyecto de investigación es optimizar el rescate de pasajeros de un turismo siniestrado. Es por ello que, después de cada una de las simulaciones de accidente, se realizaron pruebas para determinar con qué procedimientos y con qué medios los equipos de salvamento podían sacar mejor a los pasajeros del vehículo accidentado. Dado que los problemas a la hora de extinguir las baterías de propulsión en llamas son un tema recurrente, también se probó, entre otros, un nuevo sistema de extinción: la conocida como lanza de extinción. En caso de que alguna pieza de la batería de propulsión acabe por incendiarse, los bomberos pueden clavar esta lanza directamente en la caja de la batería. «De este modo, las tareas de extinción se limitan, por así decirlo, al interior de la batería, evitando así que el fuego se propague a los demás elementos de la batería», explica Markus Egelhaaf, investigador en materia de accidentes de DEKRA. «Los primeros resultados de este procedimiento son positivos, si bien habrá que seguir investigando para llegar a conclusiones definitivas».