La mejor prevención es una buena educación y formación vial
Lo fundamental ahora mismo es una educación y formación vial continuada – si fuera posible, desde la primera infancia hasta el final de la vida. Según este principio, el ministerio francés Ministère des Transports/ Directorat Sécurité Routière desarrolló al final de 1997 el “Continuum éducatif”, viendo la educación y formación vial como un proceso continuado a lo largo de los primeros años en la familia, el periodo escolar, la obtención del carnet de conducir, toda la vida laboral y el tiempo posterior. Puesto que la mayoría de los accidentes son causados por comportamientos inadecuados, la formación vial debe tener en cuenta los aspectos individuales del comportamiento en todos los niveles de educación y formación así como en todas las franjas de edad.
En varios países miembros de la UE existen desde hace años diversos programas destinados a los usuarios más jóvenes de la red viaria. Solamente presentamos dos ejemplos: en Bélgica el currículo en las escuelas incluye de forma permanente “De Grote Verkeerstoets” y “Het Grote Fietsexamen” con pruebas especiales sobre el comportamiento en la circulación y un examen ciclista para menores de hasta doce años. La resonancia ha sido enorme: en 2016 casi 45.000 alumnas y alumnos participaron en ambos programas.
El “Truckveilig Charter”, una acción del gobierno flamenco de 2012, dirigido a empresas de transporte y conductores de camiones también se podría considerar parte de la educación y formación vial. Quien firma esta carta, se compromete a poner en práctica al menos siete puntos elegidos libremente respecto a la seguridad vial; desde una conducción predictiva con una velocidad adaptada y una distancia adecuada, una colocación correcta de los espejos retrovisores hasta el cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso así como la participación en cursos de formación, para solo nombrar algunas de las posibilidades. Quien puede demostrar después de unos meses que verdaderamente haya cumplido con su compromiso, recibe la distinción de “Truckveilig Charter”. El objetivo declarado es aumentar en este sector la sensibilidad hacia la seguridad.
Un ejemplo de Brasil es la campaña “Maio Amarelo” (mayo amarillo) del “Observatório Nacional para Segurança no Trânsito” para la prevención de los siniestros viales. El nombre de la campaña dirigida a todos los usuarios de la red viaria corresponde al mes del año 2011 en el que las Naciones Unidos proclamaron “la década de la seguridad vial”. Cada año se celebra en este mismo mes la semana mundial de la seguridad de los peatones, siendo el color amarillo la representación simbólica de las señales de advertencia en el transporte vial.
Los cursos de entrenamiento vial aumentan la sensibilización sobre las situaciones de peligro
Los cursos de entrenamiento vial constituyen un elemento importante en el aumento de la seguridad vial. Independientemente de ser peatón, camionero profesional o persona mayor, de circular con un turismo, un camión o una motocicleta: casi todos los conductores se han tenido que enfrentar a alguna situación peligrosa. En la mayoría de los casos no pasa nada, pero casi nadie se siente seguro cuando el vehículo empieza a derrapar en una calzada mojada. Y cuando no se puede evitar la colisión, no solo está en juego la propia vida sino también la de los demás usuarios implicados, sin olvidar los costes causados por el siniestro – por ejemplo para reparaciones de daños en los vehículos, el seguro con franquicia y el aumento en la prima de seguro.
Por supuesto, no se puede descartar un incidente de estas características al cien por cien, por muy experimentado que sea el conductor. En los cursos de seguridad vial, sin embargo, aprendemos como reconocer posibles situaciones peligrosas y cómo reaccionar de forma rápida y adecuada ante ellas. En Alemania, muchas asociaciones de profesionales y organismos públicos ayudan en la financiación de estos cursos de entrenamiento, siempre y cuando estos cumplen ciertos requisitos. Cada año las empresas de transporte por carretera con vehículos de más de 7,5 toneladas que circulan por carreteras de peaje pueden solicitar subvenciones para determinados cursos de formación vial al Bundesamt für Güterverkehr (BAG), siendo esto también válido para los cursos de formación obligatorios según la vigente ley europea sobre la cualificación de los conductores de transporte profesionales.
Los cursos de entrenamiento vial se dividen en una parte teórica y otra práctica. Antes de que los participantes puedan conocer, con la ayuda de instructores profesionales, las propiedades dinámicas de la conducción de sus vehículos así como tantear sus propios límites personales, se deben familiarizar con la física vehicular y los posibles peligros de la siniestralidad. Es decir, conocer la conexión entre velocidad, distancia de frenado, condición técnica del vehículo y tipo de calzada. Aprender las reacciones de un vehículo en una curva y las posibles causas del sobre- o subviraje. Contenidos adicionales de la parte teórica suelen ser los dispositivos de la seguridad activa y pasiva existentes en los vehículos.
Posteriormente las cosas se ponen serias. Y más de uno de los participantes empieza a temblar cuando le toca dar un frenazo brusco en una calzada resbaladiza preparada especialmente para la ocasión e intentar controlar el vehículo mientras que esté dando varios trombos. Otros se sorprenden de la larga distancia de frenado a una velocidad de solo 50 kilómetros por hora en una carretera seca, o de la dificultad de mantener el control del vehículo al evitar un obstáculo que de forma repentina invade la vía. Precisamente estas son las acciones preventivas que pueden salvar vidas en casos de emergencia. Los participantes conocerán las consecuencias provocadas por equivocaciones de juicio tanto sobre situaciones viales como sobre el funcionamiento del vehículo. Al mismo tiempo aumenta la sensibilización hacia las situaciones peligrosas.