MEDIDAS PARA MEJORAR LA SEGURIDAD VIAL: PRINCIPIOS DE LA FORMACIÓN DE CONDUCTORES

12 may 2022 Factor Humano
La elevada implicación en accidentes de los conductores jóvenes y los conductores noveles, la transgresión ocasional de las normas de circulación y el comportamiento inadecuado al volante que pueda derivarse de ello pueden atribuirse a dos causas principales: el riesgo por ser joven y el riesgo por ser principiante. El primero se origina debido a la combinación de un proceso de maduración que todavía no ha concluido con cambios que se producen en las estructuras del cerebro, experiencias de aprendizaje personales e influencias sociales. Como hemos descrito anteriormente, entre las consecuencias se cuentan conductas que pueden poner en peligro la seguridad, una mayor disposición al riesgo y la sobrestimación de la propia capacidad de conducción. El riesgo por ser principiante hace referencia a las habilidades para conducir todavía limitadas de los conductores noveles, los cuales deben invertir horas al volante para poder desarrollar dichas habilidades, es decir: la experiencia de conducción en su sentido estricto. En este proceso, los conocimientos fácticos adquiridos se convierten en programas mentales de actuación, que siguen desarrollándose mediante la práctica, los comentarios realizados por otras partes implicadas en el sistema vial, la experiencia acumulada por ensayo y error, así como mediante vivencias desagradables, como cuasi-accidentes o multas.
El desarrollo de programas mentales de actuación eficaces puede fomentarse con una educación vial sistemática y participando en el tráfico rodado asumiendo distintos roles, por ejemplo, como peatón, ciclista o copiloto en el vehículo. Los programas educativos profesionales relacionados con la transmisión de conocimientos pueden prestar una atención especial a colmar la brecha entre la autoevaluación y la evaluación externa, así como a los límites de la competencia de las personas en el tráfico. En el marco de la formación impartida en las autoescuelas se ha constatado también que la enseñanza del manejo del vehículo y la normativa no son suficientes, y que es necesario impartir simultáneamente competencias generales, como conductas relevantes para la seguridad, autocontrol, autobservación y el cumplimiento de las normas de circulación. El modelo de la matriz GDE proporciona las bases teóricas necesarias.
La matriz GDE (Goals for Driver Education = _ objetivos de la educación vial) es un modelo teórico del comportamiento al volante basado en competencias introducido en el marco del proyecto de investigación GADGET, subvencionado por la UE.
GADGET es el acrónimo de «Guarding Automobile Drivers through Guidance Education and Technology» ( protección de conductores de automóviles mediante la educación orientativa y tecnología). La estructura de la matriz GDE (gráfico 14) se basa en estudios empíricos que investigan las causas de los accidentes y describe cinco niveles de factores que influyen en el comportamiento a la hora de conducir. La matriz responde a niveles jerárquicos, en los que los niveles superiores influyen sobre las necesidades, las decisiones y las pautas de comportamiento del conductor en el nivel subordinado. Se distinguen los siguientes niveles (de arriba a abajo, es decir, del nivel 5 al nivel 1):
5. El entorno social ejerce influencia sobre
4. los valores, la actitud y los objetivos personales, que influyen sobref
3. los motivos para conducir, la finalidad y las circunstancias del trayecto que, a su vez, condicionan
2. la conducción en el tráfico rodado y el dominio de las situaciones del tráfico.
1. El control inmediato del vehículo en una situación de tráfico determinada. La conducción del vehículo se puede considerar como la sinopsis de los niveles superiores (5 a 2).
Además de los cinco niveles, la matriz GDE cuenta con tres columnas:
  1. Conocimientos y aptitudes
  2. Factores que aumentan el riesgo
  3. Autoevaluación
La primera columna detalla los conocimientos y aptitudes que debe poseer un conductor en cada uno de los cinco niveles para poder conducir con seguridad. En el nivel inferior se aborda el dominio del vehículo y, a medida que se sube de nivel, entran en juego aspectos como las normas de circulación, los contenidos para la sensibilización de peligros o los motivos para conducir. La segunda columna incluye los factores que aumentan el riesgo en cada nivel, comenzando por neumáticos desgastados, el incumplimiento de las normas y el consumo de alcohol, hasta motivos peligrosos para conducir y estilos de vida arriesgados. La tercera columna comprende la capacidad para evaluarse a sí mismo con el requisito de una valoración realista y adecuada de uno mismo en cada nivel. Para ello, es necesario realizar una valoración crítica del domino que se tiene del vehículo, el estilo de conducción propio y los motivos para conducir. Para los niveles superiores se precisa la capacidad de introspección.
El uso de la matriz GDE permite definir los objetivos de aprendizaje y los contenidos de la educación vial. Los motivos para conducir, las actitudes, la capacidad de evaluación, el contexto cultural y las preferencias en cuanto al estilo de vida pueden asociarse y formar grupos homogéneos. En función del grupo al que se pertenezca y los rasgos del perfil, el estilo de conducción adoptado será defensivo y seguro o temperamental y arriesgado. La clave consiste en saber valorar correctamente los conocimientos y aptitudes propios en cada nivel y combinarlos con la intención de conducir de forma segura, es decir, con la motivación para respetar las normas básicas de circulación.

EL CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS BÁSICAS DE CIRCULACIÓN ES ESENCIAL

EJEMPLO: EDUCACIÓN VIAL EN ALEMANIA

La conducción de vehículos en vías públicas entraña peligros de gran alcance. De ahí que en Alemania, por ejemplo, no esté autorizado conducir vehículos en vías públicas si no se cuenta con un permiso de conducir válido. Según la Ley sobre el transporte por carretera (StVG), para obtener el permiso de conducir deben satisfacerse siete requisitos:
  1. residencia en el territorio nacional,
  2. edad mínima,
  3. aptitud,
  4. formación (conforme a la Ley alemana de autoescuelas),
  5. cualificación (superación de los exámenes para obtener el permiso de conducir),
  6. curso de primeros auxilios y
  7. no disponer de ningún otro permiso de conducir expedido por la Unión Europea u otro país miembro del Espacio Económico Europeo.
La aptitud y la cualificación constituyen requisitos fundamentales en la legislación sobre permisos de conducir, pues tienen un impacto directo en la seguridad vial. En la jerarquía de requisitos, la aptitud se concibe como requisito previo para la formación y la cualificación. Por consiguiente, los candidatos al permiso de conducir no estarán autorizados a realizar el examen de aptitud hasta que superen las deficiencias de aptitud notificadas por la autoridad administrativa competente. Se consideran aptas para conducir las personas que cumplan las condiciones físicas y mentales exigidas al efecto y que no hayan cometido infracciones graves o reiteradas de las normas de circulación vial o de las disposiciones penales. Para determinar la aptitud son relevantes, por ejemplo, las enfermedades o problemas de salud, como una capacidad visual o auditiva reducida, enfermedades cardíacas, vasculares o renales, así como problemas relacionados con el consumo de alcohol, drogas o medicamentos.
En el momento en el que una persona presenta por primera vez una solicitud para la obtención del permiso de conducir ante la autoridad administrativa competente, esta debe indicar si existen reservas acerca de la aptitud del solicitante para conducir vehículos a motor. De ser así, se impone la presentación de un certificado médico-psicológico o un informe médico; en casos especiales, como minusvalías físicas con pérdida de movilidad en las extremidades, es asimismo necesario presentar un certificado de un experto o examinador reconocido oficialmente. La autoridad competente para expedir el permiso de conducir tiene en cuenta estos certificados al tramitar las resoluciones.
En caso de que el solicitante no especifique ninguna falta de aptitud y en los registros pertinentes, como el registro de aptitud para conducir o el registro central de penados, no exista ninguna prueba de cargo, este podrá proceder a la formación teórica y práctica sin impedimentos. La formación tiene como finalidad la enseñanza del código de circulación, las señales y las normas de tráfico en vigor. Esto abarca también la obligación fundamental de tener cuidado y consideración constantemente en el tráfico rodado, así como de evitar poner en peligro, ocasionar daños, obstaculizar y molestar a otros usuarios de la vía.
En la parte teórica del examen para obtener el permiso de conducir deben contestarse preguntas relacionadas con situaciones de peligro, el comportamiento en el tráfico rodado, preferencia de paso/prioridad, señales de tráfico y contenido específico de las clases de vehículos, entre otros. Para superar el examen debe alcanzarse una puntuación de aproximadamente el 90 %. Solamente está permitido responder incorrectamente a una pregunta relacionada con la preferencia de paso. La parte práctica del examen para obtener el permiso de conducir tiene una duración mínima de 55 minutos para el permiso de turismos y es evaluada a continuación por el examinador o experto reconocido oficialmente siguiendo un protocolo de examinación con criterios de fallo claramente definidos. El concepto de educación vial que se practica en Alemania parece que tiene una acogida favorable. En la encuesta del Instituto Forsa realizada por encargo de DEKRA que hemos mencionado en varias ocasiones, el 92 % de los encuestados declaró que la formación recibida en la autoescuela les había preparado bien o muy bien para circular por carretera en situaciones reales.

LOS RESULTADOS DE LA FORMACIÓN BASADA EN CONOCIMIENTOS SON RELATIVAMENTE MEDIOCRES

LAS NORMATIVAS VARÍAN EN FUNCIÓN DEL PAÍS

Los requisitos legales y técnicos para obtener un permiso de conducir varían de forma considerable no solo de un continente a otro, sino también dentro de Europa. Los exámenes médicos que deben presentarse la primera vez que se solicita el permiso de conducir son un buen ejemplo de este hecho. Para determinar los problemas de salud relevantes para la seguridad vial se utilizan distintos métodos, que abarcan desde la información proporcionada por el solicitante y chequeos médicos hasta un dictamen realizado por un especialista de determinadas áreas, por ejemplo, el sistema cardiovascular, y una posible dependencia de sustancias (alcohol y/o drogas) (Luxemburgo).
Algunos países recurren a organismos certificados, otros se sirven en cambio de las vías de comunicación del sistema sanitario habitual y autorizan al médico de cabecera o a médicos de las autoridades sanitarias a comunicar los datos necesarios sobre la salud. En algunos países, los conductores están obligados a notificar si sufren enfermedades que puedan poner en peligro la seguridad vial (por ejemplo, Estonia, Finlandia, Gran Bretaña, Irlanda), mientras que en otros no es necesario (por ejemplo, Dinamarca, Alemania, Suiza). En determinados países (Bélgica, Finlandia, Hungría, Portugal, Suecia), los médicos están obligados a informar a las administraciones competentes en materia de permisos de conducir cuando los conductores sufren determinadas enfermedades que puedan limitar su capacidad para conducir un vehículo. En caso de notificarse una enfermedad temporal, el organismo competente de la concesión de permisos de conducir suele requerir la presentación de un certificado médico; algunos países retiran el permiso de conducir hasta que se hayan llevado a cabo reconocimientos adicionales. Además del examen médico y la prueba de visión, algunos países requieren asimismo la superación de un test de percepción de peligros por ordenador (Bélgica o Gran Bretaña).
No solo los certificados y documentos necesarios para la tramitación de la solicitud varían en función del país: también lo hacen las condiciones marco legales y técnicas para la formación y examinación, así como las medidas para la prevención de peligros. Los sistemas de concesión de permisos de conducir se distinguen particularmente por los siguientes aspectos: edad mínima del solicitante, tipo y nivel de educación vial (por ejemplo, programa de formación, formación de una o varias etapas), las personas implicadas (por ejemplo, instructores de autoescuela profesionales o formadores no profesionales, en general, padres), importancia de los exámenes de conducir, así como medidas para garantizar, mejorar y estabilizar la conducta deseada al volante a largo plazo.
El concepto de un sistema de enseñanza sistemática en autoescuela está muy extendido. Ello se debe a que, gracias a sus competencias profesionales y pedagógicas, un experto en circulación vial altamente cualificado debería estar más capacitado para impartir los conocimientos, habilidades y capacidades relevantes, a fin de garantizar una transferencia sostenible de conocimientos a la práctica de conducción. A menudo, la formación impartida en las autoescuelas responde a un formato establecido, es decir, se han definido objetivos de aprendizaje explícitos, planes de estudio, una estructura sistemática de etapas formativas, así como un equilibrio entre la teoría y la práctica. Algunos países, sobre todo en el norte de Europa, con excepción de Dinamarca, los Países Bajos y Gran Bretaña, complementan la formación profesional de la autoescuela con la instrucción de formadores no profesionales.
A pesar de que se han realizado enormes esfuerzos para la mejora de la educación vial, una formación basada en conocimientos no resulta de lo más efectiva. Los exámenes de conducir se limitan a mejorar los conocimientos sobre el manejo del vehículo y la capacidad con la que los candidatos aplican estos conocimientos en el marco de un recorrido de prueba, es decir, en una situación ficticia y de duración limitada. Esto permite descartar a los candidatos que no estén capacitados para conducir en la vía pública, pues no pueden superar el examen y obtener el permiso de conducir. Sin embargo, los exámenes de conducir no mejoran el comportamiento que el conductor adoptará en el tráfico rodado ni la actitud en relación con el cumplimiento general de las reglas y la puesta en práctica de las normas de circulación. Diversos estudios han puesto de manifiesto que la educación vial apenas reduce el riesgo de que los conductores noveles sufran accidentes. Los factores decisivos constatados son la edad y, sobre todo, la experiencia de conducción.

MEJORES PRÁCTICAS EN FRANCIA Y AUSTRIA

Algunos conductores que acaban de obtener el permiso de conducir consideran que por el mero hecho de aprobar el examen de conducir ya son buenos conductores y no deben seguir aprendiendo. Nada más lejos de la verdad. Para remediar este hecho se han explorado nuevas vías para obtener el permiso de conducir, que contemplan una asunción gradual de responsabilidad como conductor de un vehículo e incorporan experiencia adicional de la mano de familiares cercanos y su experiencia al volante.
En Francia, por ejemplo, la formación impartida en las autoescuelas se combina con prácticas de conducción supervisada. Tras asistir a las clases teóricas deben completarse 20 horas de prácticas de conducción. Después realizan el examen teórico. Una vez superado, el candidato puede practicar la conducción del vehículo con un familiar que goce de una experiencia de conducción determinada. Se permite la conducción supervisada con una persona que posea el permiso de conducir desde hace, como mínimo, cinco años consecutivos y haya superado una formación especial. El período de conducción supervisada dura al menos un año y comprende un mínimo de 3.000 kilómetros dentro de Francia. Además, se requiere la participación en dos seminarios pedagógicos (con el supervisor). Todas estas etapas deben quedar documentadas en un cuaderno. Francia ha introducido asimismo un sistema de puntos. Los conductores noveles que acaben de obtener el permiso de conducir reciben un crédito de seis puntos. Al acumular una experiencia de tres años al volante, reciben el permiso de conducir definitivo con doce puntos. En caso de cometerse infracciones de tráfico, se quitan puntos. Si se retiran todos los puntos, el permiso de conducir se invalida.
En Austria se imparte una formación en múltiples etapas. En una primera etapa, debe completarse una formación teórica que se compone de 16 lecciones, la formación práctica de 18 horas de conducción, la preparación para el examen y el examen teórico y práctico. Una vez obtenido el permiso de conducir, por ejemplo, para la categoría B (turismos), debe superarse una segunda etapa de formación. Para ello deben completarse tres módulos tras el examen del permiso de conducir en el transcurso de 12 meses (categoría B): un primer recorrido de perfeccionamiento inicial (de dos a cuatro meses tras la obtención del permiso de conducir con un instructor/una instructora), un curso de conducción segura con una sección de psicología vial (de tres a nueve meses tras la obtención del permiso de conducir) y un segundo recorrido de perfeccionamiento (de seis a doce meses tras la obtención del permiso de conducir).
En el marco de las aproximadamente dos horas que duran los recorridos de perfeccionamiento con sección práctica y entrevista posterior (50 minutos), durante la formación en múltiples etapas para la categoría B de vehículos se presta una atención especial al comportamiento visual, a un estilo de conducción defensivo orientado a evitar accidentes, ecológico y de bajo consumo, así como al comportamiento social con respecto a los demás usuarios de la vía. Los comentarios recibidos se centran en los aspectos notorios de las habilidades de conducción. El segundo recorrido de perfeccionamiento hace hincapié en los contenidos del estilo de conducción ecológico y de bajo consumo, incluyendo la medición del consumo de combustible, la duración del recorrido, así como la exposición de los aspectos distintivos de un estilo de conducción ecológico y de bajo consumo. Los recorridos de perfeccionamiento se pueden realizar en una autoescuela de libre elección y con el propio vehículo.
El segundo módulo consiste en un curso de conducción segura con una sección de psicología vial. Este módulo se centra en las estrategias para hacer frente a los peligros (por ejemplo, ejercicios de técnicas de frenado y evasión). El curso de conducción segura para la categoría B comprende un total de seis lecciones y consta de una parte teórica (una lección) y una práctica (cinco lecciones). A continuación, el mismo día se lleva a cabo un debate de grupo sobre psicología vial, en el que se tratan sobre todo los tipos de accidentes y los factores de riesgo, como la búsqueda de sensaciones límite. Este debate de grupo tiene una duración de dos veces 50 minutos.

EL PRINCIPIO DEL PERMISO DE CONDUCIR POR ETAPAS

El concepto del permiso de conducir gradual (Graduated Driver License, GDL) contempla una ampliación progresiva del permiso de conducir en tres etapas. Este principio fue desarrollado por Waller y Reinfurt en los años 70 del siglo pasado. En Estados Unidos, el sistema se implementó por primera vez en Florida en 1996. En otros países, se introdujo incluso antes, por ejemplo, en Nueva Zelanda este sistema se utiliza desde 1987. El objetivo del GDL es asistir a los jóvenes conductores en el aprendizaje de las habilidades y capacidades necesarias a fin de evitar accidentes de tráfico siempre que sea posible, por ejemplo, gracias a la experiencia y los comentarios que proporcionan los acompañantes. El principio básico del GDL consiste en un proceso de múltiples etapas que lleva a la obtención del permiso de conducir. Este sistema combina la conducción supervisada con restricciones, entre ellas, la prohibición de conducir a determinadas horas del día, a fin de evitar situaciones de conducción críticas per se. Por lo general, los distintos niveles no dependen de la edad, sino que se basan en la experiencia acumulada de los alumnos.
La primera parte del GDL consiste en una fase obligatoria de conducción supervisada, denominada Learner License (LL). Una vez obtenido el permiso de aprendiz, los conductores noveles solamente están autorizados a conducir un vehículo si les acompaña un supervisor de edad adulta, experimentado y reconocido oficialmente. Esta tarea la asumen por lo general los padres. En Estados Unidos, la duración de la validez de un permiso de aprendiz varía en función del estado (entre seis y doce meses). Una vez que los conductores noveles han pasado cierto tiempo conduciendo el vehículo con su supervisor y han acumulado suficiente experiencia, pueden inscribirse en la segunda etapa del GDL. El permiso Intermediate License, denominado también Provisional License o Restricted License, autoriza la conducción del vehículo sin supervisor. Sin embargo, esta autorización cuenta con restricciones. En concreto, se limita el número de pasajeros adicionales (además del supervisor) o la conducción de noche. En Estados Unidos, los conductores titulares de este permiso provisional, por ejemplo, no pueden conducir solos después de las 22:00 o 24:00 h. Ello se debe a la hipótesis basada en hechos demostrados de que el riesgo de que los conductores jóvenes sufran un accidente de noche es considerablemente mayor. Además, a menudo solo puede viajar en el vehículo otra persona de edad similar.
Una vez completada satisfactoriamente la segunda etapa, los conductores noveles reciben su Full License, es decir, el permiso definitivo. Sus titulares pueden conducir sin restricciones, sin necesidad de personas que les supervisen, a cualquier hora del día y llevando a más de una persona. No obstante, están sujetos a una serie de normas específicas, basadas en la edad. Por ejemplo, en Estados Unidos, hasta que no cumplen 21 años de edad, los titulares del permiso definitivo no pueden conducir si han consumo alcohol. De hecho, el consumo de alcohol a esta edad es ilegal.

SECUENCIA DE MEDIDAS EN CASO DE INFRACCIÓN DURANTE EL PERÍODO DE PRUEBA

Los conductores noveles neozelandeses deben realizar el mismo proceso por etapas que acabamos de describir. Para poder conducir con el permiso de aprendiz en Nueva Zelanda, los adolescentes deben haber cumplido al menos los 16 años de edad. Los solicitantes deben además superar una prueba teórica, en la que deben demostrar su conocimiento de las normas de circulación relevantes. Como hemos descrito anteriormente, están sometidos a ciertas restricciones. Por ejemplo, debe designarse a una persona que proporcione instrucción en calidad de supervisor, el cual debe ser titular de un permiso definitivo desde hace, como mínimo, dos años y no estar sujeto a ninguna restricción. Se autoriza el transporte de otros pasajeros, siempre y cuando lo apruebe el supervisor. Los conductores noveles menores de 20 años no pueden consumir alcohol. Las personas mayores de 20 años pueden conducir con una concentración máxima de alcohol en el aliento de 250 microgramos por litro, que corresponde aproximadamente a una concentración de alcohol en sangre de 0,5 gramos por litro. El permiso de aprendiz debe conservarse por un período obligatorio de seis meses, durante el que se recomienda conducir un total de 120 horas, si bien tiene un período de validez máximo de cinco años. Después, el conductor novel puede renovarlo o bien puede registrarse en la siguiente etapa para obtener el permiso restringido o Restricted License.
Para ello, los conductores noveles deben superar un examen práctico de conducir. El requisito para poder presentarse a este examen es tener una edad mínima de 16,5 años. El permiso restringido dispone también de un período de posesión mínimo y máximo. Para poder registrarse para la obtención del permiso definitivo, los conductores noveles menores de 25 años deben haber conducido con el permiso restringido durante al menos 18 meses..
Este tiempo puede acortarse: la inscripción para el permiso definitivo puede solicitarse transcurridos 12 meses, siempre y cuando se haya superado el curso de conducción avanzada («advanced driving course»). Los conductores noveles mayores de 25 años deben conducir con el permiso restringido durante al menos seis meses; la superación de un curso de conducción avanzada permite acortar este período de tiempo a tres meses. El período de validez máximo del permiso restringido es de cinco años. Una vez transcurrido este plazo, el permiso puede renovarse tras superar de nuevo el examen teórico, o bien puede optarse por solicitar el permiso definitivo. La conducción con el permiso restringido está sujeta también a una serie de restricciones. Si bien pueden conducir solos, sus titulares solamente pueden hacerlo de 5:00 a 22:00 h. Los desplazamientos de noche solo están autorizados en presencia del supervisor designado. Además, solamente puede llevarse a un pasajero adicional, y satisfaciendo una serie de requisitos si el supervisor no está presente. En relación con la tasa de alcohol máxima rige la misma normativa que para el permiso de aprendiz.
Para poder obtener el permiso definitivo, el conductor debe haber cumplido 18 años; la superación de un curso de conducción avanzada reduce la edad a 17,5 años. De igual modo, deben cumplirse ciertas condiciones, como una prueba de visión y un examen práctico de conducir. El examen de conducir se lleva a cabo ante un examinador, tiene una duración de 30 minutos e incluye también la prueba de percepción de peligros, en la que los examinandos deben decir en voz alta los peligros que perciben durante la conducción.