ACCIDENTES DE CONDUCTORES JÓVENES EN ALEMANIA

12 may 2022 Accidentes
Al igual que en muchos otros países, los conductores jóvenes de entre 18 y 24 años también son uno de los grupos de alto riesgo en el tráfico de Alemania. Así lo corroboran, entre otras, las siguientes cifras del Instituto Nacional de Estadística alemán: aunque a finales de 2018 representaban un 7,6 % de la población, su proporción en 2019 respecto a la totalidad de heridos alcanzó el 15,5 % y casi el 12 % respecto a todas las víctimas mortales de accidentes de tráfico. Alrededor del 15 % de los accidentados pertenecía al grupo de 18 a 24 años de edad, y un 13 % aproximadamente de todas las personas involucradas en accidentes con víctimas no mortales tenía edades comprendidas entre 18 y 24 años.
Asimismo, con frecuencia los conductores jóvenes suelen ser los principales culpables del accidente: en 2019, un 65 % de los conductores jóvenes implicados en siniestros solo con heridos fueron los causantes principales de los mismos. Este porcentaje entre los hombres de 18 a 24 años fue del 68 %, aproximadamente; el de mujeres, de casi el 61 %. Las causas más frecuentes de accidentes derivados del comportamiento al volante son el exceso de velocidad (15,7 % de los casos) y el no mantener la distancia mínima (15 % de los casos). Esto concuerda con el hecho de que, según un análisis publicado por la Oficina Federal de Tráfico alemana sobre la matriculación de nuevos coches, una cantidad llamativa de titulares jóvenes de hasta 29 años prefería vehículos de gran potencia. Llaman la atención también las conclusiones extraídas al evaluar los informes anuales de 2016 a 2020 publicados por el Instituto Nacional de Estadística alemán acerca de los turismos implicados en accidentes (sin determinar la culpabilidad). De ellas se desprende que en casi el 12,5 % de los casos conducía un joven de entre 18 y 24 años. Independientemente de la edad del conductor, en un 30 % de los casos el vehículo accidentado tenía 12 años de antigüedad o más —un 5 % de esta cifra correspondía a conductores jóvenes de la franja de edades en cuestión—.

LOS HOMBRES JÓVENES CORREN MUCHO MÁS PELIGRO QUE LAS MUJERES

Siguiendo con las estadísticas de accidentes en Alemania, llama la atención que tres de cada cuatro accidentes de tráfico ocurridos en carreteras secundarias se saldaron con la muerte de algún joven de entre 15 y 24 años. En 2019, por ejemplo, fueron 317 de 429 en total. Esta relación no experimentó cambios significativos en 2020, año en que las cifras totales descendieron ligeramente. Independiente mente del lugar del accidente, la mayoría de jóvenes fallecidos en accidentes de tráfico en Alemania también circulaba en un turismo. Tanto en 2019 como en 2020 el porcentaje se aproximó al 60 %. La proporción de acompañantes fallecidos de este grupo de edad también es muy elevada. Son tasas comparables a las de las mujeres de la tercera edad. Uno de cada cuatro jóvenes fallecidos en carretera circulaba en moto (gráficos 11 a 13).
Al igual que en los demás grupos de edad, los accidentes de tráfico se saldan con la muerte de muchos más hombres que mujeres, como revelan las cifras de la UE mencionadas (gráfico 13). Esto se debe, en parte, a su mayor presencia en el tráfico, especialmente como conductores de coches y motos, aunque el motivo principal es su mayor propensión a incurrir en riesgos y a su estilo de conducción menos defensivo que el de las jóvenes conductoras. Por cada 100.000 habitantes del respectivo rango de edades, en 2019 fallecieron en Alemania 11,4 hombres jóvenes de 18 a 20 años, inclusive. La cifra correspondiente a las mujeres de estas mismas edades fue de 3,1.
En la lista de fallecimientos en carretera, la segunda forma más frecuente de participación en el tráfico, por detrás de los conductores de turismos, corresponde a los hombres que circulaban en motocicletas con matrícula. Esto se observa en todas las edades, hasta la jubilación. Los accidentes mortales de ciclistas de entre 18 y 24 años tienen una relevancia escasa o nula, que cobra importancia progresivamente en los siguientes grupos de edad. En el grupo de hombres mayores de 75 años, la mayoría de fallecidos en accidentes de tráfico iba en bicicleta. La proporción de mujeres asciende a partir de los 50 años, pero nunca alcanza la misma relevancia que en el caso de los hombres. A partir de los 65 años, las mujeres realizan sus recorridos predominantemente a pie.
La proporción más elevada de personas jóvenes que sufren lesiones graves corresponde a los ocupantes de turismos, seguidos por los usuarios de motos. Una vez más, predominan los hombres sobre las mujeres. Sin embargo, la divergencia es mucho menor, y tampoco se produce un gran incremento en el grupo de más de 75 años. Los hombres de 18 a 20 años, inclusive, con 216 heridos graves por cada 100.000 habitantes de su misma edad, encabezan la estadística. Este es también el grupo de edad más presente entre las mujeres; la proporción es de 143 por cada 100.000 personas de esta edad. En el siguiente grupo, con una edad comprendida entre los 21 y los 24 años, se constatan unas cifras notablemente inferiores, de 145 y 93 heridos graves por cada 100.000 habitantes, respectivamente. En el caso de las mujeres, la proporción mínima se alcanza entre los 35 y los 39 años, con una cifra de 47. En el caso de los hombres, el mínimo se logra en el grupo de entre 40 y 44 años, con 92; después, no se consiguen tasas inferiores hasta la franja de edad de 65 a 74 años.
En las mujeres, la proporción de conductoras de turismos gravemente heridas desciende constantemente en más del 50 % en el caso de las principiantes hasta quedar en torno al 20 % en el caso de las mujeres mayores de 75 años. Por el contrario, la proporción de acompañantes femeninas con lesiones graves se mantiene relativamente constante en casi todos los grupos de edad, en un margen que oscila entre el 11 y el 22 %. Entre la población masculina, la proporción de conductores de turismos gravemente heridos disminuye del 46 % entre los principiantes al 23 % en el grupo de 50 a 54 años, para luego volver a ascender constantemente hasta un 39 % en los hombres mayores de 75 años. La proporción de motoristas varones con lesiones graves es de un 20 % aproximadamente, desde los principiantes hasta los 69 años de edad. En el caso de las mujeres, oscila entre un 4 y un 8 %. A partir de los 60 años, apenas están presentes en las estadísticas. Por lo que respecta a la bicicleta, el número de hombres que resultan gravemente heridos aumenta con la edad, de forma más patente que en el caso de las mujeres.

CONDUCIR CON PREVISIÓN ES ACONSEJABLE EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA

CONDUCIR CON PREVISIÓN ES ACONSEJABLE EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIAA MENUDO SE DETECTAN DEMASIADO TARDE ALGUNAS SITUACIONES PELIGROSAS EN CARRETERA

En el caso de las mujeres, oscila entre un 4 y un 8 %. A partir de los 60 años, apenas están presentes en las estadísticas. Por lo que respecta a la bicicleta, el número de hombres que resultan gravemente heridos aumenta con la edad, de forma más patente que en el caso de las mujeres. La relación aumenta paulatinamente desde un 10 % entre la gente joven hasta superar el 35 % en la tercera edad. A diferencia de las mujeres, la proporción de peatones aumenta, pero no juega un papel destacado.

EFECTOS DEL ALCOHOL Y LAS DROGAS

El alcohol y las drogas son un factor destacable en los accidentes con implicación de principiantes ocurridos en Alemania. Así, la estadística oficial alemana de accidentes de tráfico en 2019 señala que 25 de cada 1.000 conductores y conductoras de turismos del grupo de edad comprendido entre 18 y 20 años (inclusive) habían consumido alcohol. En el grupo de 21 a 24 años, esta cifra fue de 30 y, por lo tanto, alcanzaba la cota máxima de todos los grupos de personas con permiso de conducir; la franja siguiente, entre 25 y 34 años, era casi idéntica, con 29. Este número disminuye sustancialmente con la edad. En todos los grupos de edad se sitúa en torno a 20. Si se contempla a los y las motoristas con vehículos con placa de seguro se obtiene un panorama radicalmente diferente. En el grupo de jóvenes de 15 a 17 años inclusive, 17 de cada 1.000 implicados en accidentes conducían ebrios. Entre los jóvenes de 18 a 20 años, inclusive, la cifra escalaba a 45, y en el grupo de 21 a 24 años, a 52. Es evidente, pues, que el consumo de alcohol entre los conductores noveles constituye un grave problema que hay que abordar sistemáticamente con medidas preventivas. Al mismo tiempo, se ve que la prioridad se sitúa en las edades comprendidas entre los 21 y los 40 años. En Alemania se dio un paso en este sentido en 2005, al reducir el límite de alcoholemia a cero para jóvenes de menos de 21 años y para conductores y conductoras noveles que se encuentran en el período de prueba.CONDUCIR CON PREVISIÓN ES ACONSEJABLE EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIAA MENUDO SE DETECTAN DEMASIADO TARDE ALGUNAS SITUACIONES PELIGROSAS EN CARRETERAEn el caso de las mujeres, oscila entre un 4 y un 8 %. A partir de los 60 años, apenas están presentes en las estadísticas. Por lo que respecta a la bicicleta, el número de hombres que resultan gravemente heridos aumenta con la edad, de forma más patente que en el caso de las mujeres. La relación aumenta paulatinamente desde un 10 % entre la gente joven hasta superar el 35 % en la tercera edad. A diferencia de las mujeres, la proporción de peatones aumenta, pero no juega un papel destacado.

COMPARACIÓN ENTRE CONDUCTORES JÓVENES Y MAYORES

Es interesante realizar una comparación entre los accidentes de tráfico sufridos por conductores jóvenes de 18 a 25 años y los de otro grupo sujeto a un alto riesgo en el tráfico: las personas mayores de 65 años. A tal efecto, el departamento de Investigación de accidentes de DEKRA ha analizado varios años completos de la base de datos GIDAS, «German In-Depth Accident Study», un proyecto común del Instituto Federal de Carreteras alemán (BASt, por sus siglas en alemán) y la Asociación de Investigación de la Tecnología Automovilística. Se evaluó un total de 16.845 accidentes con implicación de 23.440 conductores de automóviles; de ellos, 4.272 tenían entre 18 y 25 años y 2.839 eran mayores de 65 años.
Por lo que respecta a la ubicación, el estudio reveló que el porcentaje de accidentes sufridos por personas mayores es superior en núcleos urbanos; en carreteras, predominan los jóvenes. La gente joven sufre la mayor parte de los accidentes urbanos a horas punta de la mañana, en días laborables, y por las noches. En cambio, las personas mayores sufren más accidentes a media mañana y a primera hora de la tarde. Mientras que en las carreteras apenas se registran accidentes con personas de la tercera edad durante la noche o la madrugada, esta es la franja horaria con mayor siniestralidad juvenil, especialmente los viernes por la noche y en las madrugadas del sábado y el domingo. Esto es un claro indicio de que se producen tras asistir a fiestas o discotecas.
En cuanto a los tipos de accidente que se producen en ciudad, entre la gente joven predominan los choques con otro vehículo que gira o cruza, o bien los impactos por alcance de un vehículo que circula por delante o se encuentra parado. En carreteras comarcales, los accidentes más frecuentes son los que ocurren por salirse de la calzada, sea a derecha o a izquierda. Los accidentes en ciudad con implicación de personas mayores también se produjeron sobre todo por impactar con otros vehículos que giraban o cruzaban, o por alcanzar a vehículos circulando o parados delante del propio. Estos mismos tipos de accidente fueron los más frecuentes entre personas mayores que se desplazaban por carreteras secundarias. En estas vías, además, impactaron con frecuencia con vehículos que se aproximaban por el carril contrario.

DÉFICITS EN LA PERCEPCIÓN DE PELIGROS

Según el psicólogo británico David Crundall, el hecho de que tantos conductores noveles se vean involucrados en accidentes no solo está relacionado con factores de riesgo como la impulsividad, las distracciones y la pérdida de facultades como consecuencia del alcohol y las drogas, sino también con una percepción deficiente de los peligros, es decir, una menor capacidad de reconocer a tiempo situaciones peligrosas en carretera y de reaccionar adecuadamente para evitar un accidente. Esta aptitud presupone una compleja cadena de conductas que se consolidan con la práctica al volante.Según el psicólogo británico David Crundall, el hecho de que tantos conductores noveles se vean involucrados en accidentes no solo está relacionado con factores de riesgo como la impulsividad, las distracciones y la pérdida de facultades como consecuencia del alcohol y las drogas, sino también con una percepción deficiente de los peligros, es decir, una menor capacidad de reconocer a tiempo situaciones peligrosas en carretera y de reaccionar adecuadamente para evitar un accidente. Esta aptitud presupone una compleja cadena de conductas que se consolidan con la práctica al volante. Esto empieza ya con la detección de situaciones potencialmente peligrosas. Por ejemplo, un vehículo que se aproxima en sentido contrario y se dispone a girar a una vía lateral, con lo cual tiene que atravesar nuestro carril. O un vehículo cuyas dimensiones puedan ocultar a un peatón. Si no hay señales de que vaya a concretarse un posible peligro, lo ideal es seguir explorando el entorno; con el tiempo se establece una jerarquía de prioridades. Esta lista de prioridades varía permanentemente, ya que acceden a ella nuevos elementos, se van descartando otros y los actuales se interpretan de otra forma en función de la situación concreta de marcha. Si la persona no es capaz de detectar un peligro potencial antes de que llegue a ocurrir, es posible que sea demasiado tarde para reaccionar de forma adecuada. Esto puede acarrear trágicas consecuencias.