El cansancio limita notablemente el rendimiento de los conductores
Desde siempre, el cansancio y la derivada somnolencia —también definida como «cansancio relacionado con el sueño»— han supuesto un gran peligro en la carretera. Obviamente es muy difícil traducir este peligro a cifras, ya que, a diferencia de situaciones en las que la policía sospecha que ha habido consumo de alcohol o drogas, en estos casos no hay ningún análisis de sangre o del aliento que la policía pueda realizar. Como consecuencia, a menudo se subestima el cansancio como causa de accidente en las estadísticas, por lo que hay que contar con una elevada «cifra negra».
La realidad es que el cansancio y la somnolencia repercuten significativamente en el rendimiento de los conductores. «La atención, la concentración y el tiempo de reacción se ven muy mermados por el cansancio y la somnolencia, y entonces se producen interpretaciones erróneas de la velocidad o la distancia, por ejemplo», argumenta la Dra. Karin Müller, psicóloga especialista en tráfico y seguridad vial en DEKRA Automobil GmbH. Otro peligro derivado de la conducción de automóviles por parte de conductores cansados es el microsueño, que se produce sobre todo en viajes largos y monótonos. En pocos segundos, sin embargo, un vehículo recorre varios metros (dependiendo de la velocidad a la que vaya). Durante este lapso de tiempo, no solo existe riesgo de que el conductor somnoliento pierda el control de su vehículo y, en determinadas circunstancias, se salga de su carril, sino que además no es capaz de percibir ni fijarse en el resto de usuarios de la vía pública.
Las causas del cansancio son diversas. Algunas de ellas son la privación de sueño debida a circunstancias externas o al trabajo por turnos, la ingesta de medicamentos o el abuso del alcohol o drogas. Las personas que trabajan por turnos con frecuencia deben lidiar con el cansancio y la somnolencia diurna. Otra causa de la somnolencia diurna son las alteraciones del sueño y los trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como la apnea del sueño. «Si a una persona se le diagnostica alguna forma de alteración del sueño, es importante que los médicos que le tratan le informen de la posibilidad de que su rendimiento durante la conducción se vea mermado», explica Karin Müller.
Lo primero es evitar, en la medida de lo posible, ponerse al volante estando cansado. Por lo tanto, debe procurarse dormir lo suficiente y estar descansado antes de emprender el viaje. Asimismo, se recomienda prever varios descansos durante el recorrido. La actividad física incrementa el contenido de oxígeno en la sangre y el cerebro, lo que ayuda a combatir el cansancio. «En cuanto note que le pesan los párpados y le cuesta concentrarse, detenga el vehículo tan pronto como le sea posible. En tales casos ayuda hacer un breve descanso. Una breve siesta le permitirá recuperar energías y contrarrestar el peligro de accidente asociado al cansancio», recomienda Karin Müller. Además, los conductores que deban medicarse regular o periódicamente deberían preguntar a su médico si la ingesta de los medicamentos produce somnolencia. El consumo de drogas o alcohol también puede afectar al rendimiento y provocar somnolencia incluso el día después de la ingesta.