Un retraso puede ser decisivo en situaciones de vida o muerte
Cuando se trata de rescatar a heridos, cada segundo cuenta y la rapidez con la que los equipos de salvamento acceden al lugar del siniestro tras un accidente grave en la autopista depende también, sin duda alguna, de si los conductores retenidos en el atasco reaccionan correctamente o no.
En las autopistas alemanas la policía y los equipos de salvamento son testigos, una y otra vez, de cómo al formarse un atasco tras un accidente a menudo resulta imposible llegar al lugar en cuestión debido a que los conductores obstruyen el carril de emergencia. Un análisis realizado por la Cruz Roja de Alemania concluyó que la práctica de dejar libre un carril de emergencia no funciona en alrededor del 80 % de los casos a pesar de llevar décadas instaurada. En el 20 % de los casos analizados, los conductores ni siquiera reaccionaron a las señales acústicas de alarma ni a las sirenas de los equipos de intervención. «Tras un accidente de tráfico grave, el más mínimo retraso en las labores de rescate puede ser decisivo en situaciones de vida o muerte», comenta Markus Egelhaaf, investigador en materia de accidentes de DEKRA. «Dejando libre a tiempo un carril de emergencia no sólo aumentan las probabilidades de supervivencia de los heridos, sino que incluso los conductores se hacen un favor a sí mismos, puesto que al fin y al cabo contribuyen también a que el lugar del accidente se despeje más rápidamente».
Por este motivo, el Código de Circulación alemán exige que, en caso de tráfico lento en la autopista, así como en carreteras con al menos dos carriles en un mismo sentido, se deje libre un carril de emergencia para que tanto la policía como los vehículos de asistencia puedan acceder al lugar del accidente sin que nada obstaculice su paso. La ubicación del carril de emergencia también está claramente definida: en vías de dos carriles debe dejarse un paso libre en el medio, mientras que en vías de tres o más carriles deberá abrirse dicho paso entre el carril situado más a la izquierda y el carril contiguo. Para no olvidarse, basta con mirar el dorso de la mano derecha: el hueco que hay entre el dedo pulgar y el índice representa el lugar donde debe situarse el carril de emergencia.
«Ahora bien, lo importante es que los conductores no esperen a que el tráfico se detenga por completo, sino que reaccionen ya cuando los vehículos aún están en movimiento. Una vez detenido el vehículo no suele haber espacio suficiente para poder apartarlo a un lado la distancia necesaria», declara Egelhaaf. Por eso hay que posicionarse hacia la derecha o la izquierda desde el momento en que el tráfico empieza a ser poco fluido, dejando la distancia necesaria respecto a los vehículos que circulan por delante y respetando el arcén. Asimismo, se debe evitar cambiar de carril en el último momento, puesto que el riesgo de quedar atrapado en medio del carril de emergencia es demasiado alto.
Por el carril de emergencia pueden circular únicamente la policía y los vehículos de asistencia; todos los demás vehículos tienen prohibido el paso. Las sanciones en caso de infracción se han endurecido considerablemente. Así, quien no deje libre un carril de emergencia podría enfrentarse normalmente a multas de mínimo 200 euros y dos puntos. En caso de bloquear el carril de emergencia, obstaculizando con ello el paso, poniendo en riesgo la seguridad o provocando daños materiales, las multas pueden llegar a 320 euros y conllevar además la retirada del carnet de conducir y dos puntos. Además, puede tener consecuencias penales que podrían suponer hasta penas de prisión, por ejemplo, para aquellos conductores que bloqueen un carril de emergencia de forma intencionada o que impidan a otras personas prestar ayuda en el lugar del siniestro.
La obligación de dejar libre un carril de emergencia también existe en otros países europeos, entre otros: Austria, Suiza, Luxemburgo y Eslovenia. En estos países se aplican las mismas normas que en Alemania. En Francia y España, los conductores deben permitir el paso a los vehículos de emergencia para acceder hasta el lugar del accidente. En los Países Bajos e Italia, por su parte, no existe ninguna normativa especial al respecto. En EE. UU. y Canadá se aplica la ley conocida como «Move Over Law», que establece cómo deben reaccionar los conductores en caso de atasco y según la cual se debe cambiar al carril contiguo, siempre que sea posible y no ponga en riesgo la seguridad, y reducir la velocidad.