Fomentar la independencia de los niños en el tráfico rodado

25 abr 2019 Factor Humano
Los padres pueden recurrir a diferentes posibilidades para fomentar un comportamiento seguro de los niños en el tráfico rodado. Por tanto, los encuestados también tuvieron que indicar hasta qué punto consideran apropiada cada posibilidad. La respuesta más frecuente fue que los padres deben ser un ejemplo para sus hijos en el tráfico rodado, entre otras cosas, respetando las normas de tráfico (82 %). Esta también es la mejor opción desde el punto de vista psicológico, ya que aprender siguiendo el ejemplo de los padres es de máxima importancia para todos los niños. Proporcionar explicaciones a los niños directamente en los puntos de peligro del tráfico rodado también desempeña un papel relevante (80 %). No obstante, sería aún más importante realizar ejercicios prácticos con el niño para ayudarle de forma activa a afrontar con seguridad los puntos de peligro del tráfico rodado. Esto es algo que realiza el 79 % de los encuestados. Recorrer y poner a prueba juntos los trayectos habituales, como el recorrido a pie o en bicicleta a la escuela o al centro deportivo, también se considera importante para mejorar la independencia y el comportamiento vial seguro del niño (80 %).
Un 73 % cree que explicar a los niños el significado de las señales de tráfico o de un paso de peatones también es una medida muy importante para fomentar un comportamiento seguro en el tráfico rodado. Dos tercios de los encuestados opinan que educar a los niños en el uso seguro de la bicicleta o el patinete (69 %) o establecer junto a ellos un trayecto apropiado a la escuela que puedan usar habitualmente (67 %) son medidas muy importantes.
En lo relativo a los ejercicios prácticos, las mujeres declararon con mayor frecuencia que los hombres que estas medidas son muy importantes para promover un comportamiento seguro de sus hijos en el tráfico rodado. Además, un 60 % de los encuestados considera que es muy efectivo vestir a los niños con ropa llamativa para que otros usuarios de la vía pública no los pasen por alto en el tráfico rodado. Esta es una medida señalada con especial frecuencia por los padres con niños más pequeños. Sería conveniente promover aún más estas medidas para niños de todos los grupos de edad en todos los ámbitos.
Cuando se preguntó a los padres cuáles de las posibilidades anteriores habían utilizado para fomentar un comportamiento seguro de su hijo en el tráfico rodado, entre un 70 y un 85 % de los encuestados declararon, dependiendo de la medida, que habían proporcionado a sus hijos información sobre puntos de peligro y señales de tráfico, habían practicado con ellos caminos y situaciones peligrosas o los habían educado en el uso seguro de los patinetes o las bicicletas. Este último punto es particularmente relevante en vista del alto riesgo de lesiones de los niños, especialmente, cuando circulan en bicicleta.
Un 70 % de los encuestados habían establecido con sus hijos un camino a la escuela. Un 60 % de los encuestados habían puesto ropa llamativa a sus hijos para que otros usuarios de la vía pública no los pasaran por alto en el tráfico rodado. Esto evidencia que esta opción para aumentar la visibilidad de los niños todavía se usa muy poco.
Por otra parte, solo escasos encuestados habían visto películas o vídeos sobre seguridad vial o habían usado una «alfombra de tráfico». Las mujeres declararon con mayor frecuencia que los hombres que ya habían utilizado en alguna ocasión las diferentes medidas para promover un comportamiento seguro de sus hijos en el tráfico rodado
En resumen, se puede constatar que menos de una cuarta parte de los padres de esta muestra se encuentran en la categoría de «padres taxi». Tres de cada cuatro padres permiten a sus hijos afrontar el camino a la escuela a pie o en transporte público y también toman medidas para apoyar a sus hijos en el desarrollo de las capacidades necesarias para ello. Esto se consigue especialmente mediante ejercicios prácticos, por ejemplo, recorriendo caminos juntos, orientando la atención de los niños hacia puntos de peligro y señales de tráfico y practicando las habilidades de conducción sobre la bicicleta o el patinete. También sería conveniente mejorar la seguridad activa, por ejemplo, promoviendo el uso de ropa reflectante en niños de todos los grupos de edad.

Opiniones del resto de la población sobre el camino a la escuela de los niños

Además, se preguntó a las personas sin hijos en edad escolar obligatoria qué opinión tienen sobre los denominados «padres taxi». No se hizo una distinción entre hogares en los que aún no viven, ya no viven o nunca han vivido niños en edad escolar obligatoria. En este caso, la encuesta se limitó a niños en edad escolar primaria. Solo una minoría de los encuestados (11 %) sin hijos en edad escolar obligatoria considera que, por lo general, está bien que los padres lleven a sus hijos en edad escolar primaria en coche a la escuela por las mañanas. Los partidarios señalaron como razones aceptables un camino a la escuela complejo para los niños y con situaciones de tráfico difíciles (70 %), el riesgo de acoso por parte de terceros (68 %) y el ahorro de tiempo (60 %).
En cambio, la gran mayoría de los encuestados sin hijos en edad escolar obligatoria (86 %) opinaba que, siempre que sea posible, no se debe llevar a los niños al colegio en coche.
Su argumento principal: los niños deben aprender a afrontar el camino a la escuela de forma independiente y segura (90 %). Además, un 77 % manifestó que los niños deben recorrer el camino al colegio con otros niños y establecer contactos sociales. Un 61 % considera que los desplazamientos en coche son una carga para el medioambiente y los residentes. Esta proporción es significativamente mayor que en el grupo de padres con niños en edad escolar obligatoria (23 %). Como argumento contra los «padres taxi», un 40 % indicó que, en la mayoría de ciudades y municipios alemanes, existen buenas conexiones de transporte público. Un 37 % considera que sería demasiado peligroso que todos los padres llevasen a sus hijos en coche a la escuela.
La aceptación de los «padres taxi» es, por tanto, sumamente baja entre las personas sin hijos. Al igual que los padres que no llevan en coche a sus hijos a la escuela, defienden que los niños que recorren este camino de forma independiente tienen más oportunidades para desarrollar sus capacidades y competencias.