Los conductores de los hoverboards son más rápidos que los peatones, pero están igual de desprotegidos

11 ago 2017 Noticias y acciones
En el Hollywood de los años ochenta, los patinetes conocidos como hoverboards todavía eran una visión de futuro, después de que Michael J. Fox montara sobre uno en la mítica Regreso al futuro. En la actualidad, estos patinetes eléctricos de un eje que se mueven con el simple balanceo del cuerpo siguen manteniendo ese mismo nombre —si bien, no la forma flotante de la película— y son muy populares, especialmente entre niños y jóvenes. A diferencia del ya conocido segway, estos monopatines no disponen de «manillar». Ambos motores eléctricos se accionan únicamente a través de la distribución del peso sobre los pies. Sin embargo, los riesgos que conllevan los hoverboards, al contrario que en Hollywood, son muy reales. Y sobre este punto han llamado la atención los expertos de DEKRA en el DEKRA Safety Day 2017 celebrado en Bielefeld.
A través de una simulación de accidente en el centro de seguridad vial de Bielefeld, un turismo colisionó a unos 40 km/h con un maniquí de pruebas sobre un hoverboard, que salió despedido hacia el suelo. En un accidente real, hubiera sufrido lesiones graves. «Al igual que los peatones, los conductores de los hoverboards están desprotegidos al circular por las calles y son muy vulnerables si colisionan, por ejemplo, con un turismo», explica Markus Egelhaaf, investigador en materia de accidentes de DEKRA. «No obstante, con velocidades que alcanzan los 20 km/h, un hoverboard es muchísimo más rápido que un peatón. Puesto que es un factor con el que los conductores de automóviles no suelen contar, es inevitable que acaben dándose situaciones críticas». También las colisiones entre usuarios de hoverboards y peatones pueden tener dolorosas consecuencias.
La situación jurídica tampoco está resuelta. Dado que los hoverboards funcionan a motor y alcanzan velocidades máximas que superan los 6 km/h, deben clasificarse como vehículos a motor, los cuales únicamente pueden utilizarse en los espacios públicos con la correspondiente homologación. Sin embargo, no cumplen todos los requisitos para ello al carecer, por ejemplo, de frenos y luces. «En última instancia, esto significa que estos patinetes eléctricos solo pueden circular en recintos privados», afirma el Dr. Carsten Liewald, experto jurista de DEKRA. «Y eso al margen de que en realidad se necesitaría un permiso para poder conducirlos». Por tanto, utilizar un hoverboard en espacios públicos, como la acera, puede llegar a tener consecuencias penales en casos críticos.