Al igual que en la mayoría de los países, el análisis de las cifras estadounidenses para el año 2019 señala una clara predominancia del automóvil — incluyendo furgonetas, camionetas descubiertas y SUV— entre los accidentes con consecuencias mortales. En Estados Unidos también se constata un porcentaje notablemente superior de hombres respecto a mujeres, aunque no tan acusado como en Alemania, por ejemplo. En total, el número de fallecidos en accidentes de tráfico de los respectivos grupos de edades por cada 100.000 habitantes fue al menos el doble que en Alemania; en el caso de las mujeres, esta divergencia esta aún más marcada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en esta cifra influyen múltiples factores. Además de las diferencias en las infraestructuras y en la magnitud y estado del parque móvil, así como en la formación en autoescuelas, en las normas viales relevantes para la seguridad, en la tenacidad en los controles y en la persecución de delitos y actitudes frente al tráfico, el desempeño al volante también juega un papel importante. La muerte en carretera de 25 chicos de entre 21 y 24 años (inclusive) por cada 100.000 hombres de estas mismas edades supone la cota máxima de todas las franjas de edad (gráfico 10). A título comparativo, en Alemania se alcanza el máximo entre los hombres de 18 a 20 años (inclusive); en este caso, la cifra es de 11, aproximadamente.
En este contexto, los accidentes por consumo de alcohol juegan un papel esencial. El informe Traffic Safety Facts sobre accidentes mortales registrados en 2018, publicado por las autoridades americanas de seguridad vial NHTSA, señala que un 27 % de los conductores de entre 21 y 24 años analizados iban ebrios (con una concentración de alcohol en sangre de al menos 0,8). Ese extremado porcentaje no se refiere exclusivamente a los conductores fallecidos, ya que la víctima mortal puede ser también un acompañante o un ocupante de otro vehículo. En cualquier caso, sigue siendo un claro indicio de que hay un grave problema en este ámbito. El porcentaje entre los jóvenes de 16 a 20 años es del 15 %, y el de los de 25 a 34 años, del 25 %, es decir, la cuarta parte de todos los accidentes con consecuencias fatales.